El empresario y ganadero José Luis Pereda ha fallecido esta mañana en Huelva a la edad de 75 años después de una larga lucha contra una grave enfermedad. Nos deja así el hombre que más apostó por Huelva desde el punto de vista taurino, el auténtico revitalizador tauromaquia en esta ciudad gracias a su valiente decisión de reconstruir su antigua plaza de toros en 1984.
José Luis Pereda García, natural de Zalamea La Real, tuvo sus primeros contactos con la Fiesta de los toros de la mano de su padre, que le llevaba a festejos en la zona. Este mundo le llamó poderosamente la atención y en la década de los 70, cuando ya era un empresario industrial de éxito en Huelva, cumplió su sueño de convertirse en ganadero de bravo. En esta decisión tuvo que ver un grupo de ganaderos salmantinos que le convencieron de la relevancia que podía adquirir su apellido si se vinculaba al mundo del toro a través de la ganadería brava. Pereda entendió entonces que este prestigio era una de las mejores herencias que podía dejar a sus hijos y emprendió la aventura.
Comenzó con ganado adquirido a Alventus en Trebujena que acomodó en su finca La Dehesilla, en El Rosal de la Frontera, y posteriormente apostó por el cantaste Núñez con reses que compró a Martín Berrocal. Con ellas forjó una ganadería que hoy en día tiene personalidad propia y que le dio muchas satisfacciones.
Pero es a través de la plaza de toros de La Merced como se estrecha el vínculo entre José Luis Pereda y Huelva. Su histórica decisión de reconstruir la antigua plaza del barrio de Las Colonias supone un auténtico revulsivo en la ciudad, que recupera su pulso taurino. Pereda revitaliza la Feria de Colombinas y la pone en el mapa de las más importantes de la temporada europea.
La iniciativa del empresario devuelve un coso de máxima categoría a Huelva que se inauguró el 29 de julio de 1984 con un cartel integrado por Miguel Báez Espuny ‘Litri’ -que reaparece para la ocasión-, Curro Romero y Pepe Luis Vázquez con toros de Jandilla.
Su presencia al frente de la plaza desde ese año de 1984 marcó el rumbo taurino de la ciudad y enseñó el camino a los que vinieron después. El pasado año su hijo José Luis Pereda López tomó el testigo de este legado taurino haciéndose cargo de la gestión del coso onubense con el bagaje, las enseñanzas y filosofía de quien ha sido ejemplo y espejo para todos hasta su fallecimiento en el día de hoy.